Por: Javier Ramírez Olea
En el año 2019 llegué a Montería trasladado de la Dirección Seccional de Aduanas de Cartagena, donde me asignaron una tarea completamente nueva y desafiante para mí y que ha sido una de las mejores experiencias que me han brindado en la DIAN, ser líder NAF.
El camino trazado hasta el momento en los NAF ha sido enriquecedor y gratificante, he descubierto mi vocación por servir y enseñar. Empecé de cero aprendiendo de impuestos y conociendo el programa y sin darme cuenta. Sin ser abogado empecé a modificar y controvertir convenios, resulté incluso siendo conferencista y sin pensarlo terminé enamorado de la Cultura de la Contribución.
Desde los NAF, los jóvenes día a día se ponen la camiseta y se reinventan constantemente, logrando que los contribuyentes sientan a la DIAN como una entidad más cercana; evidencia de esto fueron los meses de pandemia, en el año 2020, cuando tuvimos que reinventarnos y encontrar la forma de que nuestros contribuyentes, a pesar de encontrar las puertas de nuestras oficinas cerradas, lograran entrar y sentirse a gusto con el servicio prestado por los estudiantes.
En nuestra región donde el acceso a internet es un poco limitado y la gran mayoría de los ciudadanos no manejan las herramientas informáticas, los estudiantes NAF se han convertido en ese apoyo importante para fomentar el cumplimiento voluntario de las obligaciones TACI.
Con el pasar del tiempo, puedo decir con orgullo que he transmitido a 4 universidades y a más de 40 estudiantes, el amor por la Cultura de la Contribución, y no logran imaginar el orgullo que sentí cuando me encontré por los pasillos de la Seccional a Pedro, uno de nuestros estudiantes NAF del año 2018, que acababa de posesionarse como nuevo funcionario DIAN luego de ganar el concurso.
Hoy, cuando estoy cerca de graduarme como contador público, podré asumir mi rol con mayor competencia y espero seguir aprendiendo día a día de la mano de estos jóvenes que se han convertido en mis amigos, convencido que aporto a mi país trasmitiendo un mensaje de honestidad.